Empecemos paso por paso, el embarazo cada quién lo vive de forma diferente. Vas a escuchar que para algunas es su mejor estado, que lo disfrutan, que brillan, que todo se les ve bien, en fin… la maravilla y la vida perfecta del embarazo. Ahora bien, esto no necesariamente es como lo vivimos todas, para muchas es un estado en el que te cuesta todo, no soportas los olores, a veces el de tu pareja, vomitas en todos lados, en el coche, en los lugares menos imprevistos, el cansancio es brutal, sobre todo en la etapa final. Puedes sentir angustia, incertidumbre, miedo, te cuesta hacer cosas tan simples como bañarte, vestirte, ni se diga lo que se dificulta amarrarte los zapatos, subir escaleras.

¡Claro, traes a una personita dentro de ti! Aquí solo estamos hablando de la parte física, te sientes fea, que te queda, vives cansada, no duermes, el ácido en las noches es terrible, muchas cosas, demasiadas, puede ser que tú pareja no te entiende, o puede que sí y experimente algunos de los síntomas del embarazo, como los famosos antojos o hasta las náuseas.
¿Pero qué hay de nuestros sentimientos?Las cosas como son.
El embarazo es un estado ambivalente, de muchas variantes, de muchos cambios de estado de ánimo, (créeme, no eres la única en sentirse así, somos varias) nuestras hormonas reaccionan como en un juego mecánico, suben, bajan, y dan vueltas. No nos entendemos ni nosotras; estás feliz un momento y de pronto puedes empezar a llorar, sientes que no eres dueña de tus emociones. Estás en un descontrol total.

Mi consejo es:
Respira, trata de disfrutar, de conectar con esa personita que llevas dentro. Ponte a escuchar música, llegarás a sentir sus patadas como si estuviera siguiendo el ritmo. Camina, date gusto en tus antojos, puedes hacer ciertos ejercicios para reforzar la respiración y prepararte para su llegada. Haz cosas que te relajen y disfrutes.
¡Muy importante, duerme y descansa!
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