El 13 de enero es el día mundial de la lucha contra la depresión. Es necesario visibilizar esta enfermedad mental con la que viven muchísimas personas de todas las edades y que genera sufrimiento, discapacidad e incluso la muerte.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) en 2021 se estimaba que un 3.8% de la población mundial tenía depresión, lo que en ese momento equivalía aproximadamente a 280 millones de personas[i].
Si bien no se tiene un número exacto sobre la cantidad de adolescentes que sufren depresión en el mundo y en México, lo que sí se sabe es que esta enfermedad mental aumentó de manera muy importante a raíz de la pandemia por el COVID-19. Sin embargo, el aumento de depresión en la población adolescente no solo obedece a la pandemia sino también a otros factores que tienen que ver con una sociedad enfocada al rendimiento y al éxito.
“Las tasas de depresión en adolescentes se incrementan entre los 13 y los 18 años […]; sin embargo, a pesar de la presentación temprana de los síntomas, un porcentaje muy bajo recibe atención en forma temprana.” [ii] La falta de atención a la depresión en los jóvenes es alarmante pues el suicidio es la tercera causa de muerte de los jóvenes entre los 15 y 25 años, muchos de esos suicidios podrían prevenirse con un tratamiento adecuado para la depresión.
La depresión es una enfermedad mental multifactorial que tiene en su base la suma de dos factores principales: predisposición genética y situaciones adversas (sociales, familiares, personales, etc.)
Entre las cosas a las que se están enfrentando algunos adolescentes que pueden favorecer la depresión encontramos[iii]:
· Una presión abrumadora por lograr buenas calificaciones en la escuela o conseguir que les admitan en institutos y universidades de élite.
· La necesidad de ser superestrellas en los deportes, las artes escénicas u otras actividades extracurriculares.
· Horarios difíciles que no permiten suficiente tiempo para el descanso, la relajación y la diversión no estructurada.
· Acoso (ya sea en persona, a través de los medios sociales, o ambos)
· Miedos persistentes sobre el cambio climático, el conflicto global y otros asuntos importantes.
· La discriminación basada en la raza, el género, la orientación sexual, el peso, la religión, la discapacidad u otros factores.
· Problemas relacionados con la pobreza o la falta de dinero para tener una vivienda segura y estable y suficientes alimentos nutritivos.
SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN EN ADOLESCENTES
Sabemos que los adolescentes tienen estados de ánimo cambiantes. A veces de un momento a otro y otras veces pueden estar enojados o tristes durante varios días. Es muy importante comprender que la depresión es distinta de “las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.[iv]”
Entre los síntomas de la depresión en adolescentes encontramos:
· Ánimo deprimido (se ven tristes, irritables, aburridos)
· Anhedonia (incapacidad de sentir placer por las cosas). Muchos adolescentes es lo primero que manifiestan. Dejan de hacer las cosas que les generan placer y hacen solamente lo que “deben hacer” como ir a la escuela.
· Cambio en el apetito, puede aumentar o disminuir.
· Alteraciones del sueño, ya sea que duerman mucho o que tengan insomnio.
· Fatiga o falta de energía.
· Alteraciones cognitivas. Falta de atención, pérdida de memoria de corto o largo plazo que afecta el rendimiento escolar.
· Disminución del líbido.
· Rumiación pesimista
· Sentimientos de inutilidad o culpa.
· Ideación y conducta suicida.
Es importante mirar todos estos síntomas en el contexto. Si son prolongados en el tiempo, si afectan la funcionalidad en el colegio, si se está encerrando en sí mismo, si afectan otras áreas de su vida.
¿Cómo puedo sospechar si mi hijo tiene depresión? Existen algunos indicadores en la conducta de los adolescentes que como mamás y papás podemos observar. Estas conductas nos pueden llevar a sospechar una posible depresión, son focos rojos a los que debemos estar atentos.
INDICADORES DE UNA POSIBLE DE DEPRESIÓN EN ADOLESCENTES
· Irritabilidad o mal humor.
· Aburrimiento crónico o pérdida de interés en actividades de ocio.
· Retraimiento social.
· Evitar ir a la escuela.
· Disminución del rendimiento escolar.
· Cambio en el patrón de sueño.
· Frecuentes quejas de sentirse enfermo.
· Desarrollo de problemas conductuales.
· Involucrarse en conductas de riesgo: Abuso de alcohol y otras sustancias, sexo impulsivo, autolesiones, conducir de forma imprudente.
· Comentarios de pensamientos suicidas: “no vale la pena vivir”, “estaría mejor muerto”, “no quisiera despertar”, etc.
Cuando hablamos de depresión en adolescentes es muy importante tener presente:
1. Es una enfermedad mental y como cualquier enfermedad requiere tratamiento oportuno.
2. Solo puede ser diagnosticada por un paidopsiquiatra (psiquiatra especialista en niños y adolescentes).
3. Requiere el uso de medicamentos que puede recetarlos únicamente el paidopsiquiatra.
4. El tratamiento además de medicamento debe constar de psicoterapia y ejercicio.
5. Frases como “échale ganas”, “ánimo”, “ya pasará”, “a todos nos han pasado cosas”, etc. NO SIRVEN. La depresión no se quita “echándole ganas”. Requiere tratamiento integral.
6. No hay dos depresiones iguales pues somos personas diferentes.
7. Es muy frecuente que la depresión se presente acompañada de síntomas ansiosos como preocupación, nerviosismo, inseguridad, hipervigilancia y tensión.
8. Es común que los adolescentes no sepan expresar sus estados emocionales por lo que la depresión puede enmascararse a través de dolencias físicas de todo tipo o a través de conductas de riesgo y/o consumo de sustancias ya que éstas suelen usarse para afrontar sentimientos o circunstancias difíciles, de modo que puede ser una señal de un dolor emocional profundo que debe ser tratado.
Por último, es muy importante comprender que los adolescentes no se “inventan” una depresión. Puede ser que nos cueste trabajo comprender las razones que llevaron a nuestro hijo a tener esta enfermedad, pero son válidas y reales para él o ella. Vivir con depresión disminuye enormemente la calidad de vida de una persona y puede terminar en una tragedia.
No se trata de buscar culpables, sino de tomar acción cuando vemos que algún adolescente cercano a nosotros tiene los síntomas o las manifestaciones anteriormente mencionadas. Tomar acción significa:
· NO NEGAR LO QUE ESTAMOS VIENDO (Sintomatología)
· No suponer que es una fase por ser adolescente y que pasará solo.
· Pedir ayuda profesional con un psicoterapeuta que tenga experiencia evaluando depresión para que, en caso de sospechar que nuestro hijo tiene esta enfermedad, sea referido a paidopsiquiatra para diagnóstico definitivo y tratamiento.
· Cuando de depresión se trata, es mejor prevenir, pedir ayuda y en todo caso descartar un cuadro depresivo, que esperar a ver si “solito se le quitan esas ideas”.
Es fundamental tratar la depresión en adolescentes y darle seguimiento. Si se detecta a tiempo y se trata por el tiempo necesario el pronóstico es muy alentador, pues puede curarse y no volver a presentarse.
Recuerda que el mejor indicador de si algo anda bien o mal en nuestros hijos es su conducta. Si la conducta de tu hijo cambia por un tiempo prolongado, no dudes en buscar la ayuda necesaria, no solo estarás evitando una posible tragedia sino que le ayudará a mejorar su calidad de vida a corto y a largo plazo.
[i] Organización Mundial de la Salud. Depresión. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression. Consultado el 02 enero 2023
[ii] Revista de la Facultad de Medicina (México). Depresión en adolescentes: diagnóstico y tratamiento. https://www.scielo.org.mx/scielo. Consultado el 02 enero 2023
[iii] Healthy Children. La salud mental de los adolescentes: cómo saber cuándo su hijo necesita ayuda. https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/teen/Paginas/mental-health-and-teens-watch-for-danger-signs.Consultado el 02 enero 2023
[iv] Ibdem.